Una denuncia de 1926 sobre los aprendices

Historia

En El Socialista se incluyó una columna sobre la situación de los aprendices en septiembre de 1926, que puede constituir un material para ampliar el conocimiento sobre los mismos en aquella época.

 

El periódico obrero consideraba que la legislación debía hacer más, pero también era cierto que faltaba mucho por realizar en relación con las costumbres sobre los aprendices, es decir, sobre la consideración social de los mismos. Era evidente que se había mejorado mucho en el trato de los aprendices, pero se observaba que ni los patronos ni los obreros les daban un buen trato.

En primer lugar, los patronos admitían a aprendices que no tenían todavía la edad reglamentaria; es más, la mayoría prefería a menores. Por su parte, la ley establecía claramente una jornada limitada para los aprendices, pero tampoco se cumplía esta parte. No era raro que fueran los primeros que llegaran al taller y los últimos en abandonarlo. Un aprendiz debía, lógicamente, aprender el oficio. Pues tampoco ocurría esto. Nadie se interesaba en formarlos, ni los patronos, ni los padres, ni los mismos obreros.

El periódico se quejaba que los obreros trataban a los aprendices como si no fueran hijos de trabajadores, “sometidos en edad prematura a una explotación impropia de su condición de menores”. No se podía considerar al aprendiz como un ser inferior, al que mandar y exigir, y sin que nadie se preocupase de sostener sus derechos. No parecía que se esperase mucho de los patronos pero era de desear que los obreros procurasen conducirse con ellos con mayor consideración y cariño, contemplando a los aprendices como hijos de compañeros y obreros del mañana.

La columna salió en el número del 17 de septiembre de 1926 de El Socialista.

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