Socialismo y libertad en Ramsay Macdonald
En El Obrero hemos dedicado mucha atención a uno de los líderes más destacados, a la vez que polémicos, de la historia del laborismo británico. Regresamos al mismo sobre sus reflexiones sobre la relación del socialismo con la libertad para seguir profundizando en el mismo y en los planteamientos ideológicos del socialismo.
Fieles a su preocupación por la evolución del laborismo en los años veinte los socialistas se hicieron eco de unas ideas de Macdonald sobre lo que hemos expresado, siendo incluidas en el número del 14 de junio de 1929 de El Socialista, con una fotografía del líder dando un discurso.
Expresaba Macdonald que del socialismo se decía que la libertad que traía el mismo terminaría resquebrajándose por el peso de leyes, regulaciones y uniformidades. Esa interpretación consideraba que el socialismo era una organización enorme bajo la cual el Estado se apropiaría de todo y establecería como debía actuar el pueblo, hasta su ocio y descanso.
Pero si fuera así, ningún colectivo humano querría adoptarlo. En este sentido, el socialismo sería una aberración de la inteligencia humana, y muy lejos de ser un movimiento serio, pero era evidente que todo esto eran premisas erróneas, una caricatura, en fin.
El líder laborista explicaba que las ideas de libertad eran muy estrechas porque solamente se asociaba a una determinada libertad, la política. Pero el mundo se encontraba ya en las postrimerías de la época liberal, la de las clases que disfrutaban del poder económico, y que solamente habían desarrollado esa faceta de la libertad. Así pues, para las clases dominantes la libertad política era un bien precioso y un medio para acabar con ciertas desigualdades e impedimentos que el siglo XIX había heredado del pasado. La libertad de la época liberal representaría una situación en la que un número relativamente pequeños de personas tenían el poder económico en un Estado cuyas actividades políticas positivas estaban reducidas a un mínimo. Hubo una lucha por la vida, y los individuos mejor dotados se dispusieron a dominar en la misma. Esa concepción de la libertad, para nuestro protagonista laborista, no podía ser más que una etapa transitoria, incapaz de ofrecer frutos aceptables.
Pero esa era la herencia que pesaba en el presente, por lo que había que trabajar en la búsqueda de la libertad.
En la hemeroteca de El Obrero podemos acercarnos a la figura de Macdonald.
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